Diversos
estudios señalan que el aburrimiento puede ser nocivo para la salud, en algunos
casos puede causar la propensión a enfermedades cardíacas. Diviértete de joven,
lo agradecerás de adulto
POR MARÍA
ALESANDRA PÁMANES
¿Qué es
realmente el aburrimiento? Según la RAE, es “cansancio, fastidio, tedio,
originados generalmente por disgustos o molestias, o por no contar con algo que
distraiga y divierta”, suena negativo, ¿no?
Incluso, lo
primero que se viene a la mente es la imagen de una persona sosteniendo la
cabeza inclinada sobre la mano y con una expresión de descontento en el rostro.
Más allá de
concebir al aburrimiento como el simple hecho de no divertirse con tal o cual
tipo de actividad, el estar aburrido puede ser nocivo para la salud.
Según un
estudio elaborado por un grupo de expertos del University College en Londres,
las personas que se aburren frecuentemente pueden morir antes que las que no.
No, no
significa que el aburrimiento tiene cierto peligro o que causa la defunción de
una persona, sino que podría ser considerado el síntoma de un comportamiento
nocivo, tales como inducir a fumar, a consumir alcohol, drogas o a padecer
problemas psicológicos, según sugiere la investigación.
Para el
estudio liderado por Annie Briton y Martin J. Shipley, y publicado en el
International Journal of Epidemiology, se les aplicaron cuestionarios a 7 mil
500 funcionarios públicos británicos entre los años 1985 y 1988, tanto mujeres
como hombres de entre 35 y 55 años.
Casi tres
décadas después, en 2010, buscaron a las personas que habían participado en la
investigación y los resultados señalaron que los voluntarios que habían
respondido que habían estado muy aburridos, tenían 2.5 veces más propensión a
morir de un problema cardíaco, en comparación con los que no.
Briton y
Shipley constataron que “aquellos que afirmaban aburrirse eran más propensos a
morir a una edad más temprana que aquellos que afirmaban que no se aburrían”.
Sin embargo,
enfatizaron que el estado de aburrimiento solamente indica que hay otros
factores de riesgo, “mientras algunos aspectos de la vida no se pueden
modificar tan fácilmente, como el grado de una enfermedad o el estatus social,
la predisposición al aburrimiento particularmente entre la población más joven
podría ser indicativa de comportamientos dañinos”.
John
Eastwood, psicólogo de la Universidad de York, en Toronto, es coautor de la
teoría del aburrimiento: "The Unengaged Mind, Defining Boredem on Terms of
Attention", publicada en el journal Perspectives on Psychological Science,
en donde asegura que “(el aburrimiento) está asociado con el aumento de drogas
y el abuso de alcohol, comer en exceso, depresión, ansiedad y un mayor riesgo
de cometer errores. Los errores en el trabajo no pueden ser una cuestión de
vida o muerte para la mayoría de nosotros, pero si usted es controlador de
tránsito aéreo, piloto u operador de las centrales nucleares, sin duda sí puede
ser (de vida o muerte)".
Un piloto
aviador con seudónimo “Sami Franks” dijo en The Guardian que el aburrimiento sí
provoca que pierdan atención durante el vuelo.
"Al
volar un largo trayecto, hay dos pilotos, uno de los cuales está supervisando
todas las pantallas, mientras que el otro hace el papeleo, habla con el control
del tráfico aéreo, etc. Usted necesita estar alerta para el aterrizaje y el
despegue, pero una vez que estás a 500 pies por encima de la pista de
aterrizaje, el avión está en piloto automático y puede ser muy tranquilo y
aburrido”.
El piloto
añadió, además, que había visto un estudio sobre copilotos que se duermen, en
donde “el 30 por ciento reportó haber visto al otro copiloto dormido por un
rato”.
Eastwood
señala que no existe una definición de aburrimiento –aunque filósofos,
neurólogos y psicólogos lo han explicado– y que se puede explicar de cierta
manera como “un estado de ánimo desagradable que te impide conectarte con una
actividad satisfactoria que surge de fallas en las redes de atención del
cerebro”.
Y es que
“todas las instancias de aburrimiento implican una falta de atención. Y la atención
es lo que usted está usando ahora para borrar la plétora de estímulos a su
alrededor mientras usted se concentra la conciencia sobre un tema dado”, apunta
el psicólogo.
"El
problema es que nos hemos convertido en receptores pasivos de la estimulación y
decimos: 'Estoy aburrido, así que voy a poner en la televisión o ir al cine voz
alta’. Pero el aburrimiento es como la arena movediza: cuanto más se agite, más
rápido vamos a hundir", indica John Eastwood.
Aburrido,
pero divertido
Según el
sitio Web de la revista Psychology Today, cuando una persona tiene su mente
activa, su atención está focalizada en realizar actividades, sean o no las
favoritas. Mientras que, cuando una persona tiene un ritmo de ocio, pereza y
sedentarismo, tiende a aburrirse y con ello puede llegar la depresión y la
melancolía.
Somos
humanos, podemos tener ratos aburridos o incluso de ocio, son parte de la vida.
Pero es muy importante tomar en cuenta que las personas que se aburren mucho o
se “mueren de aburrimiento”, tienen menor disposición a enfrentar desafíos, al
aprendizaje de experiencias y a la superación de obstáculos.
Esther
Priyadharshini, profesora titular en la University of East Anglia, ha estudiado
al aburrimiento y dice que es una emoción humana que no podemos evitar, pero
que debemos “aceptarlo como algo legítimo y encontrar formas en que pueda ser
aprovechado”.
“Todos
necesitamos tiempo de inactividad, lejos del constante bombardeo de estímulos.
No hay necesidad de estar en un frenesí de actividad en todo momento ",
añade.
Eastwood dice
que "el aburrimiento no es un sentimiento agradable, así que tenemos una
necesidad de erradicarlo y lidiar con ello de una manera contraproducente”.
Así que sé
curioso y echara andar tu imaginación y tus actividades, no caigas en una mente
ociosa y un cuerpo inerte, dado que ya vimos con pocos de miles de ejemplos de
investigación profesional, que el aburrimiento es dañino para nuestra salud y
ánimo.
Falta de
atención
El psicólogo
John Eastwood y su equipo definen que cuando una persona está aburrida, siempre
hay una relación con la atención:
1. Tiene
dificultad para poner atención a información interna, como sus sentimientos o
pensamientos, o a información externa como estímulos del ambiente.
2. Aunque se
esfuerce, no puede poner atención
3. Cree que
el entorno en el que está es el culpable de su aburrimiento, con pensamientos
como “esta clase o junta es aburrida”, “no sé que hago aquí”.
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