martes, 11 de diciembre de 2012

Aburrido, nunca más

Reporte Indigo
Diversos estudios señalan que el aburrimiento puede ser nocivo para la salud, en algunos casos puede causar la propensión a enfermedades cardíacas. Diviértete de joven, lo agradecerás de adulto

POR MARÍA ALESANDRA PÁMANES
 ¿Qué es realmente el aburrimiento? Según la RAE, es “cansancio, fastidio, tedio, originados generalmente por disgustos o molestias, o por no contar con algo que distraiga y divierta”, suena negativo, ¿no?

Incluso, lo primero que se viene a la mente es la imagen de una persona sosteniendo la cabeza inclinada sobre la mano y con una expresión de descontento en el rostro.

Más allá de concebir al aburrimiento como el simple hecho de no divertirse con tal o cual tipo de actividad, el estar aburrido puede ser nocivo para la salud.

Según un estudio elaborado por un grupo de expertos del University College en Londres, las personas que se aburren frecuentemente pueden morir antes que las que no.

No, no significa que el aburrimiento tiene cierto peligro o que causa la defunción de una persona, sino que podría ser considerado el síntoma de un comportamiento nocivo, tales como inducir a fumar, a consumir alcohol, drogas o a padecer problemas psicológicos, según sugiere la investigación.

Para el estudio liderado por Annie Briton y Martin J. Shipley, y publicado en el International Journal of Epidemiology, se les aplicaron cuestionarios a 7 mil 500 funcionarios públicos británicos entre los años 1985 y 1988, tanto mujeres como hombres de entre 35 y 55 años.

Casi tres décadas después, en 2010, buscaron a las personas que habían participado en la investigación y los resultados señalaron que los voluntarios que habían respondido que habían estado muy aburridos, tenían 2.5 veces más propensión a morir de un problema cardíaco, en comparación con los que no.

Briton y Shipley constataron que “aquellos que afirmaban aburrirse eran más propensos a morir a una edad más temprana que aquellos que afirmaban que no se aburrían”.

Sin embargo, enfatizaron que el estado de aburrimiento solamente indica que hay otros factores de riesgo, “mientras algunos aspectos de la vida no se pueden modificar tan fácilmente, como el grado de una enfermedad o el estatus social, la predisposición al aburrimiento particularmente entre la población más joven podría ser indicativa de comportamientos dañinos”.

John Eastwood, psicólogo de la Universidad de York, en Toronto, es coautor de la teoría del aburrimiento: "The Unengaged Mind, Defining Boredem on Terms of Attention", publicada en el journal Perspectives on Psychological Science, en donde asegura que “(el aburrimiento) está asociado con el aumento de drogas y el abuso de alcohol, comer en exceso, depresión, ansiedad y un mayor riesgo de cometer errores. Los errores en el trabajo no pueden ser una cuestión de vida o muerte para la mayoría de nosotros, pero si usted es controlador de tránsito aéreo, piloto u operador de las centrales nucleares, sin duda sí puede ser (de vida o muerte)".

Un piloto aviador con seudónimo “Sami Franks” dijo en The Guardian que el aburrimiento sí provoca que pierdan atención durante el vuelo.

"Al volar un largo trayecto, hay dos pilotos, uno de los cuales está supervisando todas las pantallas, mientras que el otro hace el papeleo, habla con el control del tráfico aéreo, etc. Usted necesita estar alerta para el aterrizaje y el despegue, pero una vez que estás a 500 pies por encima de la pista de aterrizaje, el avión está en piloto automático y puede ser muy tranquilo y aburrido”.

El piloto añadió, además, que había visto un estudio sobre copilotos que se duermen, en donde “el 30 por ciento reportó haber visto al otro copiloto dormido por un rato”.

Eastwood señala que no existe una definición de aburrimiento –aunque filósofos, neurólogos y psicólogos lo han explicado– y que se puede explicar de cierta manera como “un estado de ánimo desagradable que te impide conectarte con una actividad satisfactoria que surge de fallas en las redes de atención del cerebro”.

Y es que “todas las instancias de aburrimiento implican una falta de atención. Y la atención es lo que usted está usando ahora para borrar la plétora de estímulos a su alrededor mientras usted se concentra la conciencia sobre un tema dado”, apunta el psicólogo.

"El problema es que nos hemos convertido en receptores pasivos de la estimulación y decimos: 'Estoy aburrido, así que voy a poner en la televisión o ir al cine voz alta’. Pero el aburrimiento es como la arena movediza: cuanto más se agite, más rápido vamos a hundir", indica John Eastwood.

Aburrido, pero divertido

Según el sitio Web de la revista Psychology Today, cuando una persona tiene su mente activa, su atención está focalizada en realizar actividades, sean o no las favoritas. Mientras que, cuando una persona tiene un ritmo de ocio, pereza y sedentarismo, tiende a aburrirse y con ello puede llegar la depresión y la melancolía.

Somos humanos, podemos tener ratos aburridos o incluso de ocio, son parte de la vida. Pero es muy importante tomar en cuenta que las personas que se aburren mucho o se “mueren de aburrimiento”, tienen menor disposición a enfrentar desafíos, al aprendizaje de experiencias y a la superación de obstáculos.

Esther Priyadharshini, profesora titular en la University of East Anglia, ha estudiado al aburrimiento y dice que es una emoción humana que no podemos evitar, pero que debemos “aceptarlo como algo legítimo y encontrar formas en que pueda ser aprovechado”.

“Todos necesitamos tiempo de inactividad, lejos del constante bombardeo de estímulos. No hay necesidad de estar en un frenesí de actividad en todo momento ", añade.

Eastwood dice que "el aburrimiento no es un sentimiento agradable, así que tenemos una necesidad de erradicarlo y lidiar con ello de una manera contraproducente”.

Así que sé curioso y echara andar tu imaginación y tus actividades, no caigas en una mente ociosa y un cuerpo inerte, dado que ya vimos con pocos de miles de ejemplos de investigación profesional, que el aburrimiento es dañino para nuestra salud y ánimo.

Falta de atención

El psicólogo John Eastwood y su equipo definen que cuando una persona está aburrida, siempre hay una relación con la atención:

1. Tiene dificultad para poner atención a información interna, como sus sentimientos o pensamientos, o a información externa como estímulos del ambiente.

2. Aunque se esfuerce, no puede poner atención

3. Cree que el entorno en el que está es el culpable de su aburrimiento, con pensamientos como “esta clase o junta es aburrida”, “no sé que hago aquí”.

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