Fragmento
La Guerra Civil
El día 12 de enero de
1858, Juárez salió de su cautiverio tras tres semanas de encierro, abandonó la
capital y se trasladó a Guanajuato, donde declaró establecido su gobierno, pero
como siempre había actuado desde la sombra, casi nadie lo conocía y carecía de
importancia alguna, pues en la capital no se le reconocía y fuera de ella, en
la provincia, mucho menos.
Juárez apoyaba el
cumplimiento de la Constitución, pero los que la elaboraron le daban la
espalda, mientras que el clero apoyaba a Zuloaga, quien se mostraría
benevolente y consentidor con este grupo, y a los moderados, nadie los había
visto.
Pero veamos cuál era el trasfondo real de este enfrentamiento, para comenzar, era un choque de ideologías del pasado contra las del futuro, es decir, que las clases privilegiadas con su poder e influencia eran enfrentados por la igualdad social, la remoción de cualquier fuero y los derechos humanos.
Era necesario un líder que
le diera reconocimiento a la causa, además de un organismo militar, por lo que
en la ciudad de Guanajuato apareció Manuel Doblado, en Michoacán, Santos
Degollado y en Colima, por último, apareció Arteaga, entre estos tres hombres
se formó una coalición que apoyaba la Constitución y a Juárez en su envestidura
de Presidente.
De esta forma, se había
organizado el ejército constitucional, el cual era comandado por el general
Anastasio Parrodi, todo estaba listo y Juárez con su comitiva, se marcharon a
la ciudad de Guadalajara, desde donde tenían planeado comenzar a reunir dinero
y hombres para la causa.
Los enfrentamientos
comenzaron y pronto se vio la eficacia del ejército moderado, quien contaba con
los hombres más adiestrados y los generales más capaces, pero los
constitucionalistas tenían a su favor la improvisación y el fervor patriótico.
El primer enfrentamiento
se llevó a cabo en Salamanca, donde las fuerzas de Parrodi y Doblado fueron
casi exterminadas por el enemigo, lo que casi llevó a la desaparición del
Presidente y el gobierno, pues una vez que el ejército liberal quedó destruido,
el 13 de marzo, dos días después del fatídico enfrentamiento, la Guardia
Nacional se rebeló y tomó como prisionero a Juárez decidiendo ejecutarlo
inmediatamente debido a las fuerzas leales a éste que se abalanzaron sobre
ellos. En las propias palabras de Guillermo Prieto, esto fue lo que sucedió:
“El señor Juárez se
encontraba en la puerta de la habitación; cuando escuchó la voz de “¡apunten!”,
se agarró del pestillo de la puerta y echó la cabeza para atrás y esperó. Los
rostros de los soldados, su ademán, la conmoción misma, lo que yo amaba a
Juárez… no sé, se apoderó de mí algo de vértigo, o cosa de que no me puedo dar
cuento. Rápido como el pensamiento, tomé al señor Juárez de la ropa, le puse a
mis espaldas, cubriéndole con mi propio cuerpo, abrí los brazos y ahogando la
voz de “¡fuego!” que tronaba en esos momentos, grite: -¡Levanten esas armas!
¡Los valientes no asesinan!- y hablé, hablé yo no sé qué… A medida que mi voz
sonaba, la actitud de los soldados iba cambiando”.
Saludos, soy Juan Pablo Morales Anguiano.
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