Como suele ser frecuente en el medio universitario, la
chica pensaba que era de izquierda y como tal, estaba a favor de la
distribución de la riqueza.
Tenía vergüenza de su padre, que era de derecha,
empresario, trabajador, y pagaba absurdos impuestos (sobre nómina, ietu, ISR,
3% por depósitos en efectivo arriba de 15,000 pesos y demás cargas sociales) y
por ello estaba en contra de los programas socialistas del gobierno populista
con sus miles de funcionarios, legisladores, poder judicial y demás burócratas
incompetentes que ganan salarios excesivos.
La mayoría de sus profesores socialistas (de izquierda) le
habían asegurado que la filosofía de su papá estaba equivocada y era egoísta a
las necesidades del pueblo y de los pobres.
Por lo anterior, un día ella decidió enfrentar a su padre.
Le habló del materialismo histórico y la dialéctica de
Marx, del socialismo moderno, de Fidel Castro y Hugo Chávez y AMLO, con su
filosofía de favorecer a los que menos tienen y de la igualdad, tratando de
hacerle ver cuán equivocado estaba al defender un sistema tan injusto,
explotador, inequitativo.
-¿Cómo van tus estudios universitarios?
-Van bien -respondió la hija, muy orgullosa y contenta-.
Tengo de promedio 9.5 hasta ahora. Me cuesta bastante trabajo, casi no voy a
fiestas o reventones, antros, no tengo tiempo para novio y duermo cinco horas
al día, pero, por eso ando bastante bien, y voy a recibirme en tiempo.
Entonces el padre le pregunta: -Y a tu amiga Laura, ¿cómo
le va?
La hija respondió muy segura: -Bastante mal, Laura no
aprobará porque no alcanza ni el 6, pero ella se va a bailar, pasea, reventón
que hay, está presente, estudia lo mínimo, falta bastante... no creo que se
reciba, o termine sus estudios, por lo menos este año.
El padre, mirándola a los ojos, le comentó: -Entonces
habla con tus profesores y pídeles que le transfieran 2,5 de los 9.5 puntos
tuyos a ella. Esta sería una buena y equitativa distribución de notas porque
así ella tendría 6,5 y tú 7 y aprobarían las materias de panzazo y terminarían
juntas la carrera.
Indignada, ella le respondió: -¡Estás loco papá?
¡Sacrifico muchas cosas para tener 9.5 de promedio! ¡Te parece justo que todo
mi esfuerzo se lo pasen a una vaga, que no se esfuerza por su carrera! Aunque
la persona con quien tenga que compartir mi sacrificio sea mi mejor amiga...
¡¡No pienso regalarle mi trabajo!!
Su padre la abrazó cariñosamente y le dijo:
-¡Bienvenida a la derecha!
Moraleja: Todos somos rápidos para repartir lo que es
ajeno.
.....Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado
para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin
recibirlo.
El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no
se lo ha quitado a alguna otra persona.
Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de
que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse
cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena
trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso...
mi querido amigo...
...es el fin de cualquier Nación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario